lunes, 5 de junio de 2017

Noche Futura: Sinfonía Cósmica Del Mar

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 3 de noviembre del 2015.)

¿Algún día dispondremos de una historia más o menos completa/documentada sobre las subescenas electrónicas locales? Difícil aventurar una respuesta positiva: todavía la historia del rock nacional está aquejada de varios baches, y eso que éste no cuenta con el hándicap de la electrónica nativa, que no fue bien recibida al inicio. Para que te hagas una idea, recién el año pasado se han recuperado grabaciones en vivo y en estudio de los subtes Masoko Tanga -after punk en el mismo sentido que, digamos, Yndeseables.

Volviendo al tema, esfuerzos por vertebrar una historia de la música electrónica compuesta bajo estos cielos no faltan, pero su número es aún limitado. Recién hace un par de años se editó un disco con la música de Disidentes, que fue de las primeras bandas industriales en los 80s -lo que se suma a su maqueta de ensayos digitalizada y puesta para libre descarga en los 00s. También se ha hablado muchas veces de orquestar un álbum doble que compile las piezas más logradas de nuestros créditos electrónicos -de hecho, fue éste uno de los proyectos que tenía en carpeta el finado Leo Bacteria.

Existe un circuito del que se habla poquísimo, más por desconocimiento que por algún prejuicio subyacente (al menos hoy, en esos días no sabría decirlo). Me refiero al synth pop nacional de fines de los 80s y principios de los 90s. Cuando se rememora la génesis del electro nativo, siempre se habla de T De Cobre, Disidentes o Cuerpos Del Deseo en los 80s; pero luego, salto de garrocha mediante, la memoria pasa a Arián 1, que ya es más EBM. De actos como Spectra, Hipnótika, Pozí, TKO Systems y Paracas; sólo se ha conservado el recuerdo de sus nombres. A fin de cuentas, no debería ser extraño: el periodo de vida de estos proyectos coincide con los años oscuros que también atravesó el rock subterráneo -el catastrófico primer gobierno de García, el electroshock y debacle moral del gobierno de Fujimori...

Por eso me parece valioso que dos de los protagonistas de esta tropa se hayan asociado tras un nuevo nombre, divulgado por la saga UnderPop de Josué Vásquez merced a sendas colaboraciones. Noche Futura es, ciertamente, la unión de Julio Granados y de José Calderón (a) José Carminis. El primero estuvo en Pozí, que se hizo en aquellos olvidados años de un minihit local, “Baila Pasiva”. Hacia 1992, Granados se da a conocer en solitario como Relayze. Calderón, por su parte, quien llega a Pozí durante la última etapa del grupo; es miembro de TKO Systems, acto que forman algunos de los ex Pozí tras su disolución. Mucho tiempo después de estos acontecimientos (2011), ambos músicos se reencuentran y deciden retomar el trabajo de su anterior alias donde éste quedó inconcluso.

(Otrosí, en Pozí militó Ricardo Escuza, músico que participó en discos como Tributo A La Niñez, Contrataque: Tributo Al Rock Subterráneo y Verano Del 69. Tras la debacle de Pozí, Escuza formó Paracas.)


Sinfonía Cósmica Del Mar (2015), que está por lanzarse en las próximas semanas, tiene dos segmentos muy definidos, uno bastante más pequeño que el otro -para bien, porque es el menos interesante, el más discreto y el que pasa más rápido. La apertura de “Árbol” anuncia ya el regreso a los calendarios del synth pop, pero no el clásico, sino el de los 90s, cuando el género incorporó una estructura rítmica más ágil para los temas de corte dance -y los reflectores los acaparaban Memory Garden, Cosmicity, Faith Assembly y Seven Red Seven. A la mitad del tema, la ornamentación guiña sorprendentemente al Detroit techno, con detalles sonoros que me hacen pensar en los pioneros del groove hipnótico (Forge Masters, LFO, Tuff Little Unit, Unique 3, Phuture...). Me quedo esperando por más, pero “Ángeles Del Medio Oriente” retrocede ahora sí a los 80s, con no mucho acierto. La floja “Volaré” ya pone preocupante la cosa, porque pareciera que el disco empieza a hacer agua.

Felizmente, ahí termina el primer segmento. El instrumental “Entre Peces Y Navíos” cumple la función de bisagra hacia un segundo segmento de todas formas superior. En efecto, entre “Noche Futura” y “Enzo En El Mar”, volvemos al synth pop noventero de sellos como A Different Drum. No son pocos los aciertos aquí: los medios tiempos, que aquí suenan a semi-balada (“Mi Alma Animal”, “Al Lado De Un Hombre”, “Enzo...”), hacen las veces de cuñas entre composiciones maduras, de aroma dance floor. Muchas de ellas ya han sido lanzadas en formato maxi- single a través de la Red: “Medusa”, “Noche Futura”, “Dulce Fantasía” -estas dos últimas son las antologadas por en UnderPop. Habría que mencionar también a “No Te Voy A  Dejar” y a “Shopping Cart” para terminar de destacar este exquisito tramo de Sinfonía... en clave synth.

Tarea pendiente la de trabajar bastante más las letras. Cumplen los cánones del género desde el título mismo del debut, sí, pero si el flashback funciona en el apartado sónico, en sus momentos menos inspirados la lírica no resiste bien el viaje al pasado. Fácil “Volaré”, la canción más prescindible de esta jornada, no se haría merecedora de tal sambenito si no fuera por su letra. De cualquier modo, SCDM consigue el aprobado. Ahora a aguardar el siguiente paso -y si se permite la sugerencia y fueran tan gentiles, estimados Julio y José, a recuperar para el dominio público la olvidada música de Pozí, de TKO Systems y de Paracas.


Hákim de Merv

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