lunes, 5 de junio de 2017

Molusco Estroboscópico

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 7 de agosto del 2014.)

No exagero ni un pelo si digo que fui de los primeros en comentar la música de Liquidarlo Celuloide. Allá por el año 2004, cuando acababa de ver la luz Freak Out!, el amigo Luis Alvarado -director de Buh Records y en aquel entonces impulsor del fanzine Autobús- me prestó los dos primeros trabajos de este proyecto de Juan Diego Capurro -ya terminados pero que nunca había visto en circulación: Fiebre De Lo Misterioso (2003) y Pradera Tóxica (2004). La impresión fue buenísima, al punto de que, para el segundo número de “la Friki”, escribí en la respectiva reseña al Pradera...: “Cacofonías histéricas, bromas siniestras, malignos tarareos, guitarras invenciblemente repetitivas, lloriqueos, gritos guturales, declamaciones de poseso, nerviosos desgañites. El arsenal de una errabunda alma en pena que ni siquiera en sus momentos más afectuosos (Feto, tema del Fiebre...) deja de sonar ajena a la humanidad. Como si la dominaran los delirios de un dios idiota, prisionero del Caos”.

Desde entonces, Liquidarlo Celuloide -hoy una entidad colectiva- logró hacerse de un sitio en la variopinta escena local post-2000, ganándose un nombre por sus comentadas performances, sus discos cada vez más extraños y sus musicalizaciones para films con cuyas estéticas el alias mantiene no pocas conexiones (la japonesa Tetzuo, por ejemplo). Por cierto, la banda meses después editaría nuevo disco: Vértigo Magnético (2014).

Parafraseando al gran Fidel Gutiérrez, entonces, Liquidarlo Celuloide es Juan Diego Capurro... Pero Juan Diego Capurro no sólo es Liquidarlo Celuloide. A la par de su ahora célebre identidad, Juan Diego formó parte de Retrasados De Hojalata, “amago de proyecto” (¿?) que legó un único disco epónimo en el que le hacen más que honor a su nombre -pues lo de RDH es “la inoperancia como bandera, la vejación del Sonido (...), la parodia inmisericorde (...), la maníaca/demente carcajada, la amoralidad siniestra e infantil (¡¡¿¿??!!), el cretinismo sónico al servicio del hombre involucionado/cavernícola post apocalíptico” (Freak Out! número 3, 2004).

Asimismo, Capurro estrenó en el 2014 nuevo chaplín: Hipnos Medula, que desconozco mayormente. Y tiene ya ¡¡¡cuatro discos!!! como Molusco Estroboscópico, que es el motivo de esta escueta semblanza.

Lo primero que escuché de ME fue el tema “Agelena Laberíntica”, incluido en el Nuevo Manual De Zoofilia (2010), disco compilatorio para descarga gratuita. Después, a través de este medio supe de una bitácora que Juan Diego creara exclusivamente para su barbo multilumínico: allí se puede encontrar información actualizada sobre los álbums, participaciones varias en otros registros (a destacar su aporte en disco que homenajea a la descojonante Videodrome -1983-, del maestro David Cronenberg) y pequeñas muestras de su magma sonoro vía SoundCloud o YouTube.

Los dos primeros volúmenes de Molusco Estroboscópico, Levitador (2008) y Agelena (2009), son álbums en un sentido conceptual. Los dos siguientes, en cambio, tienen un cariz recopilatorio: Ríos De Gas (2012) rescata composiciones del período 2010-2012, entre las que se encuentran tanto su contribución al compilatorio dedicado a Videodrome como su aporte al disco tributo de Zero Karma (Buh Records, 2012). Océano Artificial (2013), por su parte, hace lo propio con piezas que reconstruyen “una serie de experiencias sensoriales” relacionadas con el agua -el Sonido como flujo.

Enfrentado a los discos, más de una vez me he preguntado por qué es Molusco Estroboscópico el bastardo caleta de Capurro, y Liquidarlo Celuloide el vástago por el que siempre se le recordará. Debería ser al revés. Hay en ME una extraña musicalidad que no aparece ni por asomo en LC: bajo texturas claramente ominosas (“drónicas”, industriales, tape music; improntas todas bajo tratamiento lo fi), se percibe un hilar constante de capas tras capas de atmósferas sonoras. A veces, éstas responden a un cierto orden; a veces, a la nerviosidad propia de la estética de los collages. Los títulos apuntalan estas impresiones: “Flotando En Una Piscina Con Una Camisa Roja” (creo haber escuchado aquí un sampleo de Cantinflas), “Memorias Del Caldo De Cultivo Original”, “Meridiano Telepático”, “Paseo En Motocicleta Con Arañas En La Mente”... En limpio, me queda la sensación de que Liquidarlo Celuloide vendría a ser una suerte de lado B de lo que Juan Diego ha firmado como ME: habiendo cosas en común, estas jornadas del Molusco parecen ser la materia prima de las que se derivan, en clave más, ejem, “arrabalera”; los desvaríos relampagueantes de LC.

Los interesados pueden contactar al músico a través de su Facebook. Los cuatro títulos vienen en un primoroso empaque artesanal de dos dípticos, empaque que respeta el arte original de las portadas e incluye la información respectiva para cada rodaja. De nada.


Hákim de Merv

No hay comentarios.:

Publicar un comentario